CC El Barco

El Barco de La Garita zarpa hacia su renacer: un proyecto gastronómico de primer nivel

El icónico edificio conocido como El Barco de La Garita, abandonado y deteriorado durante más de dos décadas, podría finalmente convertirse en un referente gastronómico y turístico de la costa de Telde. Tres empresarios de Gran Canaria, entre ellos Ángel Medina, presidente de Spar Gran Canaria, han adquirido el inmueble al Banco Santander con el objetivo de transformarlo en un espacio dedicado a la restauración de alto nivel. El proyecto, que ya está en marcha, prevé la instalación de cuatro restaurantes que buscan atraer a visitantes y dinamizar la zona.

En una entrevista, Ángel Medina explicó que la iniciativa nace de la necesidad de poner fin al deterioro que sufre el edificio, situado en primera línea de playa, y devolverle su esplendor. «Es una pena el nivel de deterioro que tiene y la imagen que da de una playa como la de La Garita», afirmó. Tras años de negociaciones, los socios lograron adquirir el inmueble en diciembre pasado, resolviendo los problemas económicos que lo mantenían paralizado.

Un proyecto gastronómico para dinamizar la zona

El plan de los empresarios consiste en remodelar el edificio y alquilar cuatro locales, dos en la planta baja y dos en la superior, destinados exclusivamente a la restauración de primer nivel. «Queremos que restaurantes con un prestigio ya consolidado vengan a este lugar a aportar algo», señaló Medina. El objetivo es atraer a grandes cocineros y proyectos gastronómicos que contribuyan a elevar el perfil de La Garita como destino culinario.

El edificio, con una superficie de unos 400 metros cuadrados, se encuentra en una ubicación privilegiada, a solo siete minutos de Las Palmas de Gran Canaria y con un clima envidiable. «Aquí hay de todo, y lo que queremos es darle brillo para que nos podamos sentir orgullosos», añadió Medina. La iniciativa no solo beneficiará a los futuros restaurantes, sino también a los negocios locales, generando un flujo de clientes que revitalice la economía de la zona.

Un cambio radical para los vecinos

La apertura de este espacio comercial supondrá un cambio radical para los vecinos de La Garita, que durante años han convivido con un edificio abandonado, lleno de basura y convertido en foco de actos vandálicos. «Implica quitar un punto negro donde hay mucha miseria», explicó Medina. «A los vecinos les dignifica vivir junto a una zona remozada y en condiciones adecuadas».

El proyecto ha sido recibido con entusiasmo por la comunidad local, que ve en esta iniciativa una oportunidad para mejorar la imagen del barrio y atraer a más visitantes. «La Garita merece ser un centro de primer nivel gastronómico», afirmó Medina, quien destacó el potencial de la zona para convertirse en un polo de atracción similar a otros destinos como Meloneras.

Un largo camino hacia la recuperación

Aunque el proyecto ya está en marcha, aún no hay una fecha concreta para la apertura de los locales. Medina reconoció que los trámites administrativos, como la obtención de licencias, pueden retrasar el proceso. Sin embargo, el equipo está trabajando para acelerar los plazos y abrir los restaurantes lo antes posible. «Entre más pronto le demos solución a este problema, mejor será no solo para nosotros, sino para todo el entorno», señaló.

La adquisición del inmueble culmina un proceso que comenzó hace casi 20 años, cuando los socios intentaron comprarlo por primera vez. «En aquel momento, la idea era instalar un supermercado, pero no cuajó», recordó Medina. Ahora, con un enfoque centrado en la gastronomía, el proyecto busca devolver a El Barco de La Garita su lugar como emblema de la costa de Telde.

Un futuro prometedor

La apertura de este espacio no solo marcará el fin de una era de abandono, sino también el inicio de una nueva etapa para La Garita. Con cuatro restaurantes de primer nivel, el edificio se convertirá en un punto de encuentro para amantes de la buena comida y un motor de desarrollo para la zona. «Queremos que la gente venga a La Garita y se sienta orgullosa de lo que tenemos aquí», concluyó Medina.

El renacer de El Barco de La Garita es, sin duda, una noticia esperanzadora para los vecinos y un ejemplo de cómo la iniciativa privada puede contribuir a la revitalización de espacios abandonados. Ahora, solo queda esperar que este proyecto zarpe con éxito y que, por fin, el «barco» llegue a buen puerto.